aprendizaje significativo

8 ARTÍCULO
REDES CONCEPTUALES: BASE TEÓRICA E IMPLICACIONES PARA EL PROCESO DE ENSENANZAAPRENDIZAJE DE LAS CIENCIAS GALAGOVSKY, L.R. Didáctica Especial, Secretaría Académica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Universidad de Buenos Aires. Ciudad Universitaria, 1428. Buenos Aires. Argentina.

SUMMARY A more precise set of recommendations concerning the known technique of constructing conceptual maps is presented. N, Chomsky's psycholinguistic theory brings the concept of nuclear sentence, which is the milestone for constructing -the now named- conceptual nets. Studies on neuropsychology and research done at different educational levels support the evolution of maps into nets, and explain their big help as an instrument for significant learning.




 Como responsable de la asignatura Didáctica Especial para los profesores en Química, Física, Biología, Geología y Ciencias de la Atmósfera de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, mi compromiso es la formación de docentes con amplia variedad de recursos metodológicos enmarcados en sólidos contextos teóricos. El intento de utilizar en mis clases uno de estos novedosos recursos -los mapas conceptuales- me movilizó a optimizarlo como instrumento pedagógico, y a comprobar la efectividad de la nueva propuesta en diferentes ámbitos y niveles educativos (Galagovsky 1991, 1992). En este artículo presento la ampliación del sustento teórico, que me permitió reconsiderar la técnica de confección de los mapas para organizarlos en redes conceptuales, incrementando así su riqueza didáctica y potenciando su aplicabilidad. ANTECEDENTES DEL CONCEPTO DEMAPA CONCEPTUAL La idea de mapa conceptual se desarrolló a partir de la década del setenta en el Departamento de Educación de la Universidad de Cornell, EEUU, y es una de las perspectivas de trabajo dominantes del Programa de Educación en Ciencias y Matemáticas del mencionado departamento. Los mapas conceptuales surgieron como recurso instrucciones a partir del modelo ausubeliano de aprendizaje significativo (Ausubel 1978), según el cual cada ciencia está formada por conceptos, desde los más «abarcativos» (conceptos supra ordenados) hasta los más específicos (conceptos poco inclusivos), pasando por una o más jerarquías intermedias ( conceptos subordinados). Un mapa conceptual es, consecuentemente, un diagrama jerárquico que procura reflejar la organización conceptual de una disciplina, o parte de ella (Novak y Gowin 1988). Los mapas conceptuales tienen una distribución gráfica según la cual los conceptos supraordenados, que son más «abarcativos» e inclusores, se ubican en su parte superior y, a medida que se desciende verticalmente, se van ubicando los conceptos de jerarquía menor (Moreira 1987, 1988, Novak 1991). Los nodos del mapa se muestran enmarcados en círculos, rectángulos, etc., y se unen mediante trazos. Estas conexiones representan las relaciones que unen dichos conceptos, y pueden (o no) llevar una leyenda que aclare la relación. ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS, 1993, 11 (3), 301 -307 OTROS TRABAJOS En la figura 1 se muestran dos ejemplos de mapas Figura 2 conceptuales recientemente publicados (Valente 1992, Novak 1991) . INTERACCIONES P~SICAS Figura 1 I 1 1 El mapa sernántico es una expresión análoga, preferentemente utilizado para el análisis conceptual de textos literarios (Mayer 1985), aunque a veces es utilizado para textos de ciencias (Heimlich 1991), como se muestra en la figura 2. CONTRATJEMPOS SURGIDOS EN LA APLICACION DIDACTICA Si bien la confección de mapas conceptuales ha servido como instrumento para desarrollar trabajos de investigación (Novak y Gowin 1988), al querer utilizarlos como instrumento didáctico para favorecer el aprendizaje de conceptos, surgen algunos contratiempos que, a mi juicio, se derivan de una técnica muy permisiva acerca de su confección. Básicamente, los puntos críticos son los siguientes: a) una misma oración puede abarcar varios nodos; b) los nodos se pueden repetir; c) los nodos no necesariamente son conceptos; d) el orden de jerarquías conceptuales no es único y es arbitrario, ya que puede variar según el enfoque con que se aborde el tema. La ampliación del sustento teórico, en base a conceptos de psicolingüística, permite una mayor precisión para la confección de redes conceptuales, con el consiguiente enriquecimiento de su utilización como instrumento didáctico. AMPLIACIÓN DEL SUSTENTO TEÓRICO PARA LA CONFECCION DE REDES CONCEPTUALES Información verbal y aprendizaje consciente El modelo cognitivo del aprendizaje del lenguaje propuesto por N. Chomsky (1972,1973) sostiene que todos 302 obedecer la ley de 1 descritas con base a la magnitud 1 + que es una magnimd I + caracterizado por obedecer la ley de t cuya estudio implica un l + a partir del cuál se define duección sentido punto de cuya u:+riación en cada nnidad de tiempo es que se puede o componer pan descomponer en 1 VELOCIDAD componentes u I 1 cuya variación + en cada unidad de uempo es la que si hese nula, es una garantía de que la partícula está en - 1 los seres humanos heredan una capacidad de lenguaje similar, que nos provee de una gramática universal. Por gramática universal se entienden aquellos principios básicos sobre los cuales se determinan las formas de las gramáticas particulares y reales utilizadas por los seres humanos en los distintos idiomas. Una persona que conoce un lenguaje específico controla una gramática que puede generar un conjunto infinito de estructuras profundas. La representación lingüística de la estructura profunda es una oración, llamada oración nuclear, que es la forma en que una idea o significado se almacenaría en la memoria. La oración nuclear es más abstracta y ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS, 1993, 11 (3) OTROS TRABAJOS precisa que la forma en que se habla o se piensa habitualmente. Cada oración nuclear puede expresarse por medio de un gran número de estructuras superficiales: hay muchas formas de expresar la misma idea. Chomsky sostiene que el receptor de una comunicación debe ejecutar toda una serie de transformaciones mentales conscientes para asignar a la información que recibe una estructura profunda acertada, es decir, una comprensión de lo que significa. Este concepto se entiende mejor si se piensa en la situación inversa: seria absurdo creer que guardamos en nuestra memoria letra por letra todo lo que oímos, leemos y aprendemos. Esencialmente se postula que la mente humana está programada de manera innata para operar en distintas gramáticas superficiales a partir de una gramática universal. Esta gramá- tica universal consiste en un subsistema de reglas que proporcionan una estructura fundamental a todos los lenguajes humanos. En resumen, la teoría psicolingüística supone la idea de que todos los humanos heredamos la pauta especljcica de la especie de una gramática universal que nos permite traducir, reelaborar y codificar en oraciones nucleares todos los significados de la información que recibimos bajo diferentes y ambiguas estructuras superficiales de lenguaje. Informacion verbal y aprendizaje significativo Haciendo una extrapolación analógica desde la teoría psicolingüística al campo del aprendizaje, se vislumbra que, de toda la información transmitida-recibida durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, los alumnos sólo acuñarán como aprendizaje duradero aquellos conceptos y relaciones que hubieran podido codificar en oraciones nucleares de significación profunda. Se puede concluir, entonces, la necesidad de que el docente arme una estructura explícita, concisa y coherente que «nuclee» los significados básicos y comprensibles del tema que desee enseñar. Naturalmente, dada la complejidad de cada tema, dicha estructura tendría la forma de una intrincada «red tridimensional». Según nuestra nueva denominación, la red conceptual representa un recorte de dicha estructura tridimensional y se corresponde con esa información conceptual que debería incorporarse a la estructura cognitiva de los sujetos que realizarán un aprendizaje significativo del tema en cuestión. PRECISIONES PARA LA CONFECCI~N DE REDES CONCEPTUALES En coherencia con los conceptos aportados por la teoría psicolingüística, se sugieren los siguientes requisitos para la confección de las redes conceptuales: a) Los nodos de la red serán ocupados por signos lingüísticos que representen conceptos esenciales del tema en cuestión. b) La totalidad de las uniones que relacionan conceptos deberán exhibir leyendas que incluyan un verbo preciso, de tal forma que generen una oración nuclear entre nodos. Estas oraciones se leerán con un sentido señalado por una flecha. Necesariamente, la flecha inversa generará otra oración nuclear. c) Se considerará artificial la ordenación jerárquica de conceptos en relación con una disposición gráfica vertical. El nuevo diseño gráfico sólo requiere claridad para la lectura. Dicha lectura podrá comenzarse a partir de cualquier concepto de la red, con la condición de respetar el sentido de las flechas. d) Se considerarán como conceptos fundamentales aquéllos a los que llegan y de los que parten la mayor cantidad de relaciones (flechas). Estos conceptos relacionados pueden ser, o no, los conceptos de jerarquía más «abarcativa». e) No se aceptará la repetición de conceptos (nodos). f) No se incluirán, en las leyendas sobre las flechas, conceptos que pertenezcan a la esencia del tema en cuestión y no hayan sido previamente desglosados como nodos. Un ejemplo Uno de nuestros estudios sobre la confección y utilización de redes conceptuales, según estos nuevos criterios arriba descritos, se centró en el tema de cinemática, de la asignatura Física. En un principio, confeccionamos un mapa conceptual similar al publicado por Valente (1992), mostrado en la figura 1. A continuación, en nuestro intento de reestructurar al mapa en una red conceptual -desde sus oraciones nucleares pertinentes-, nos encontramos con graves problemas para dilucidarlas. Principalmente, las dificultades requirieron resolver preguntas como las siguientes: a) La aceleración, la velocidad y la posición: ¿son o no son vectores? b) ¿Unidad de tiempo es lo mismo que intervalo? c) ¿Qué es un sistema de referencia? d) ¿El tiempo no necesita de un sistema de referencia? e) La posición, la velocidad y la aceleración: ¿son igualmente modificadas por la presencia de una fuerza resultante? f) Equilibrio: ¿implica movimiento, reposo o bien otra cosa? g) Movimiento: ¿es sinónimo de desplazamiento y/o de trayectoria? ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS, 1993, 11 (3) OTROS TRABAJOS El esfuerzo en organizar una red conceptual de oraciones nucleares sobre este tema -¡que ya sabíamos y que enseñábamos desde hace años!- nos resultó revelador de la cantidad de complejos conceptos subyacentes que dábamos por supuestos. La gran dificultad que tuvimos para explicitar estos supuestos en oraciones nucleares nos puso en evidencia sobre las penosas experiencias de los alumnos al tratar de penetrar en el conocimiento de estos temas. Encontramos un posible «porqué» al hecho de que la mayoría de los alumnos termina haciendo un aprendizaje memorístico del tema: la explicación sería que ellos no logran descubrir la existencia de estos conceptos subyacentes y sus conexiones con el nuevo tema estudiado. El resultado de nuestro trabajo fue un desglose de los conceptos del mapa de la figura 1 en varias redes conceptuales, de las cuales una, titulada «Velocidad y Sistemas de Referencia», se muestra en la figura 3. Obsérvese que los conceptos de velocidady sistemasde referencia, si bien son los más «abarcativos», son los menos relacionados. Esto coincide con nuestra concepción acerca de que: y puede llegar a confundir respecto de cuáles son las relaciones más importantes. b) Los conceptos más «abarcativos» son, justamente, los que coronan una serie de conceptos y relaciones subyacentes; pero son dichos conceptos y relaciones subsumidas las que, si no han sido descubiertos y comprendidos, conforman un conjunto de saberes que impiden captar la verdadera significancia de los conceptos supraordenados. El trabajo de enseñanza de estos temas, a posteriori de que hubiéramos confeccionado las respectivas redes conceptuales, presentó claros beneficios tanto en la planificación como en la eficiencia del aprendizaje logrado por los alumnos (Galagovsky y Ciliberti, en redacción). Resultados similares habían sido comprobados anteriormente con docentes de las áreas de química y biología (Galagovsky 1990, 1991, 1992). TRASCENDENCIA DE LA UTILIZACI~N DE REDES CONCEPTUALES a) El requerimiento de ubicar los conceptos en coheren- Redes conceptuales como análogos semánticos de la cia jerárquica y gráfica sólo complica el diseño de la red estructura cognitiva Figura 3 304 ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS, 1993, 11 (3) OTROS TRABAJOS El objetivo de todo docente debería ser favorecer un aprendizaje significativo (Ausubel1978) y no uno meramente memoristicol. Una red conceptual, confeccionada según las normativas precedentes, representa el conjunto de oraciones nucleares que codifican exacta y precisamente los significados básicos que deberían ser aprendidos en cada tema. El origen de la red conceptual será la estructura cognitiva del docente, quien, con su enfoque personal acerca del tema a enseñar, determinará el relieve jerárquico de los conceptos y sus relaciones. Al finalizar el proceso de enseñanza-aprendizaje, la red conceptual deberá quedar incorporada -construida- en la estructrura cognitiva de los alumnos, produciendo el tan buscado cambio conceptual que evidencia un proceso de aprendizaje significativo. Nuevamente, el razonamiento inverso permite una mejor comprensión de este punto: jcuánto puede entender un alumno de un tema nuevo -presentado verbalmente con la particular estructura semántica superficial que le ha dado el profesor- si tiene que descubrir las oraciones nucleares que codifican el significado de la información al mismo tiempo que entender su contenido específico? Es obvio que el esfuerzo es grande y el aprendizaje poco efectivo. Durante nuestras investigaciones sobre el aprendizaje en alumnos, hemos podido utilizar la confección gradual de redes conceptudes como instrumento didáctico para garantizar cada uno de los cuatro pasos del aprendizaje significativo (Novak 1982). Redes conceptuales como análogos semánticos de los modelos neurónicos El cerebro tiene una cantidad de neuronas fijas desde su nacimiento, en cambio la calidad y la especialización de las mismas es lo que cada ser humano podrá ir adquiriendo en su crecimiento intelectual.




 La mayor calidad y especialización cerebral dependen de los estímulos y experiencias vividas. En pruebas de laboratorio se ha comprobado que una rata entrenada en un laberinto desarrolla una mayor red neuronal y aumenta el peso de su masa cerebral con respecto a otra que estuvo desde su nacimiento en una caja a oscuras. La complejidad y diversificación de estas conexiones hacen casi imposible su estudio o la localización minuciosa de sus recorridos. La hipótesis de una memoria química, alojada en macromoléculas, ha quedado de lado. La mem-oria es una actividad cerebral. No es un depósito sino un proceso dinámico: no existe materialmente hasta que entra en actividad. Los recuerdos no parecen estar codificados en neuronas particulares, sino codificados en pautas celulares. Las neuronas forman pautas por efecto de sus conexiones mediante sinapsis (Swenson 1987). La memoria a corto plazo (MCP) consiste en activas redes de células nerviosas que se excitan repetidamente entre sí. Estos circuitos de reverberación celulares mantienen en el cerebro una huella del estímulo que dura desde pocos segundos a muchos minutos2 (~ribram 197 1, 1975). El proceso mediante el cual esta huella dinámica o circuito neuronal se consolida, constituiría el proceso por el cual se transforma en una huella estructural, formando las llamadas pautas neuronales3, bases de la memoria a largo plazo (MLP). Según esta teoría, la memoria se encontraría almacenada en configuraciones neuronales llamadas modelos neurónicos, ampliamente representados en todas las regiones funcionales del cerebro. Los modelos neurónicos (Luna 1977) formarían complejos circuitos tridimensionales que, al ser estimulados permitirían evocar recuerdos complejos, como los aprendizajes. La índole asociativa de la memoria surgiría del hecho de que diferentes pautas neuronales compartirían algunas de las mismas conexiones. Las redes conceptuales pueden visualizarse como los análogos semánticos de los modelos neurónicos; es decir, son circuitos de oraciones nucleares relacionadas que codifican significados fundamentales y aprendizajes, entretejidos según las conexiones que cada sujeto le supo dar. Redes conceptuales y constructivismo El aporte de las investigaciones en neurobiología de la memoria permite hacer una reinterpretación del enfoque constructivista del aprendizaje. Debido a que los recuerdos se almacenan en pautas neuronales y las pautas se organizan en modelos neuró- nicos, una configuración sináptica determinada podrá formar parte de varias pautas, todas las cuales podrán compartir la misma zona general de la corteza cerebral. Así, un mismo recuerdo puede formar parte de varias redes de pensamientos relacionados. La capacidad de almacenamiento estaría, entonces, sólo limitada a la cantidad de combinaciones únicas que un enorme número de sinapsis puede crear. La consecuencia inmediata de esta reinterpretación resulta ser que: aprender material nuevo dentro de un contexto asociado a éste será más fácil que tratar de asimilarlo fuera de todo contexto significativo. Esto se debe a que el sujeto podría utilizar parte de pautas neuronales y modelos neurónicos ya existentes en su cerebro -es decir, informaciones y comprensiones que ya formaban parte de su estructura cognitiva-, en vez de verse en la necesidad de crear-mediante esfuerzo mentaltoda una serie de nuevas conexiones sinápticas. Las redes conceptuales vistas como análogos semánticos de los modelos neurónicos presentan importantes implicancias didácticas: a) Ayudan al docente que las ha construido previamente ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS, 1993, 11 (3) OTROS TRABAJOS a darle convergencia al tratamiento del tema que quiere enseñar. b) Ayudan al docente a definir un criterio de selección de contenidos y a visualizar qué conceptos serán periféricos o centrales. c) Ayudan a los alumnos a encontrar los conceptos «fundantes» y las relaciones relevantes de cada tema, más allá de los ejemplos aprendidos. e) El análisis metacognitivo de las redes conceptuales trabajadas en clase facilita la detección y concientización de aprendizajes nucleares incorporados. Como consecuencia, se favorece la rápida revisión de la porción de estructura cognitiva construida sobre el tema en estudio y la ubicación consciente de conceptos inclusores donde se conectará la nueva información, mejorando así las posibilidades de aprendizaje significativo para los temas subsiguientes. d) Ayudan a los alumnos a enlazar temas estudiados consecutivamente o no, ya que las respectivas redes conceptuales podrán compartir conceptos, de tal forma CONCLUSIONES que la red del segundo bloque temático resulte un complemento o una ampliación de la red del bloque temático A partir de una ampliación de la base teórica que define previo. los mapas conceptuales, hemos podido reformular su Figura 4 CQNCEPWAL LHXGUiIJES ESPECtFICOS a m P LARGO PLm son circuitos sinSpticos k que S+ estimulan al evocar 306 ENSENANZA DE LAS CIENCIAS, 1993, 11 (3) OTROS TRABAJOS confección dando origen al concepto de redes concep- NOTAS tuales. l Aprendizaje memorístico es aquél que puede guardarse en la Básicamente, las redes conceptuales pueden interpretar- memoria como tal, Pero que no se conectó mediante Puentes se, por un lado, como los análogos semánticos de un cognitivosalaestructuracognitivaexistente. Siesteaprendizaje recorte de estructura cognitiva (la cual nues- memorístico es lo suficientemente grande como para incluir numerosos conceptos y relaciones podríamos decir que se trossaberes)~,~orotrolado,comolosmálogossem~ticos formó un «islote de comprensiónD, pero que igualmente delosmodelosneurónicos (querepresentmcorporalrnente desligado de la estructura cognitiva preexistente. nuestros saberes). Lo que determinaría que las pautas de células adopten la Desde esta nueva concepción, las redes conceptuales configuración de circuitos es el hipotético hecho de que la son guías, tanto para los docentes en su como primera célula que lleva la información sensorial a la corteza para los alumnos en su aprendizaje. recibiera, a su vez, entradas provenientes de células ubicadas más adelante, cerrando, en definitiva, el circuito de laestirnulación. Si dicha estimulación es débil, finalmente se extingue, el En la figura se muestra* a manera de la red circuito se interrumpe y el cerebro pierde la información o bien conceptual que resume las ideas principales expuestas olvida, en este artículo. Dado que el proceso de consolidación de las pautas neuronales implica la formación de uniones sinápticas, mediatizadas por procesos bioquímicos y eléctricos, parte de esos circuitos pueden desintegrarse con el tiempo. La facilidad de evocación dependerá de que amplias zonas de la pauta neurona1 se encuentren intactas. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS AUSUBEL, D.,NOVAK, J. yHANESIAN,H.,1978. Educational MAYER, R., 1985. Elfuturo de 1aPsicología Cognitiva. (Alianza: Psychology: A Cognitive View (2" ed.). (Holt, Reinhart and España). Winston: Nueva York). MOREIRA, M.A. y BUCHWEITZ, B., 1987. Mapas Concetuais. CHOMSKY, N., 1972. Language andMind. (Janovich: EEUU). (Moraes: Brasil). CHOMSKY,N., 1973. Psychology andldeology, Vol. 65 (Warner M.A., 19". Mapas concetuais e aprendizagem Publication: EEUU). significativo, O Ensino, Vol. 23, pp. 28. GALAGOVSKY, L., VENDITTI, A., BIKEL, M., FLORES, NOVAK, J., 1982. Teoría y Práctica de la Educación. (Alianza M. y CHERNIZKY, M. et al., 1990. Redes conceptuales: un España). excelente instrumento de comunicación entre docentes. NOVAK, J. y GOWIN, B., 1988. Aprendiendo a aprender. Comunicación al II Congreso de Educadores en la Química (Martínez Roca: España). de la Provincia de Buenos Aires. Argentina. NOVAK, J., 1992. Ayudar a los alumnos a aprender cómo GALAGOVSKY, L., ROMERO, L., MÉNDEZ, M. y JERABEK, aprender, Enseñanza de las Ciencias, pp. 215-228. (ICE: C., 1991. Redes conceptuales: una herramienta útil para la España). enseñanza de Química. Noticias Panamericanas en Educación Química, Vol. 3 (4), pp. 2-4. (F.L. Asoc. Químicas: Argentina). PRIBRAM, K.H., 1971.Languages in the Brain: Paradoxes and Principies in Neuropsychology. (Engelwood GALAGOVSKY, L.,1992. Hacia un nuevo rol docente. Una Cliffs, Prentice-Hall: Gran Bretaña). propuesta diferente para el trabajo en clase (Troquel: pRIBRAM, K.H. y Mc~UINEss, D., 1975. ~~~~~l activation, Argentina). and effort in the control of attention, Psychological Review, HEIMLICH, J. y PITTELMAN, S., 1991. El mapa semántica. Vol. 82, pp. 116-149. (Aique: Argentina). SWENSON, L., 1987. TeoríasdeAprendizaje. (Paidós: España). LURIA, A.R. Y MAJOVSKY, L.V.9 1977. Basic A~~roaches VALENTE,M.yNETO,A.J., 1992,Elordenadory sucontribución used in American and Soviet Clinical Neuropsychology, a la superacion de las dificultades de aprendizaje en mecánica, American Psychologist, Vol. 32, pp. 959-968. Enseñanza de las Ciencias, pp. 80-85. (ICE: España)




 


9 articulo
APRENDIZAJE MUSICAL SIGNIFICATIVO Gabriel Rusinek Universidad Complutense de Madrid rusinek@edu.ucm.es Comprender la significatividad del aprendizaje musical requiere dos perspectivas complementarias. Por un lado, sostengo que el conocimiento declarativo sobre música es significativo cuando está vinculado de manera no trivial con el evento musical que denota, y propongo una forma de evaluar esa significatividad mediante pruebas que exigen poner en juego diferentes procesos de la cognición auditiva. Por otro lado, dado que es el propio aprendiz quien decide construir esa relación entre concepto musical y experiencia musical, sostengo que es necesario entender sus motivaciones, y propongo la utilización de técnicas de investigación cualitativa para interpretar los significados que atribuye a los procedimientos de aprendizaje vividos en el aula. Understanding the meaningfulness of music learning requires two complementary perspectives. On the one hand, I maintain that the declarative knowledge about music is meaningful when it is related in a non trivial manner to the musical event it denotes, and propose a way of evaluating that meaningfulness through tests that demand the use of different processes of the auditive cognition. On the other hand, given that it is the apprentice who decides to build that relation between musical concept and musical experience, I argue that we need to understand his or her motivations, and propose the use of qualitative research techniques to interpret the meanings attributed to the learning procedures lived in the classroom. El aprendizaje musical es un proceso sumamente complejo, que exige el desarrollo de habilidades específicas: auditivas, de ejecución y de creación en tiempo real o diferido. A la vez, se apoya en la asimilación de contenidos –conceptos, hechos, proposiciones, sistemas teóricos– y el fomento de actitudes, propios de cada praxis musical. El desarrollo de las capacidades musicales es necesario tanto para el aprendizaje “de base” de la escolarización obligatoria como para el aprendizaje vocacional, en las escuelas de música, y el profesional, en los conservatorios. Aunque el currículum oficial debería recoger esta complejidad –y de hecho la reforma de 1990 lo intentaba–, en la actualidad tiende a reducirse a un mero listado de hechos y conceptos sobre la música, en una visión más propia de la escolástica medieval que de la postmodernidad en que vivimos. Esta visión resulta particularmente inapropiada en la educación general, porque mientras el desarrollo de habilidades musicales capacita a niños y adolescentes para mantener durante sus vidas una relación activa con la música, la mera transmisión de información verbal favorece una pasividad consumista que sólo interesa a la industria discográfica. Además, resulta conflictiva en la educación secundaria, porque los adolescentes españoles de principios del siglo XXI no están mmotivados para memorizar la información compartimentada que se les ofrece, y se resisten muy bien a hacerlo. De hecho, lo más habitual es comprobar –lamentablemente, en todas las asignaturas– que, pasado un tiempo, la mayoría de los alumnos recuerda poco de lo dicho por los profesores, y menos aún de lo impreso en los libros de texto que cargan día a día en sus mochilas. Reducir el currículum al conocimiento declarativo va contra toda la investigación científica, ya que saber música implica, más que hablar sobre ella, poder cantar o tocar, discriminar auditivamente y crear música. Sin embargo, dejaré momentáneamente de lado la discusión entre el conocimiento declarativo y el procedimental –que DOWLING (1993) aclara–, la discusión sobre la naturaleza no proposicional del conocimiento musical –planteada por STUBLEY (1992)– y la propuesta más radical de definir la música como “una clase de acción humana intencional” que ELLIOT (1994) lleva al centro del debate internacional en educación musical. En cambio, me centraré en primer lugar en lo que el currículum oficial nos propone en la actualidad. Si se trata de que los alumnos aprendan ciertos contenidos es necesario averiguar: 1) qué es posible asimilar conceptualmente a cada edad; 2) de qué manera se relacionan esos conceptos con los eventos musicales que denotan; y 3) en qué medida esa información no será olvidada. En este artículo mostraré, en primer lugar, una forma de evaluar la significatividad de la asimilación de conceptos musicales, y propondré una profundización en esa línea de investigación. http://www.ucm.es/info/reciem ISSN 1698-7454 Gabriel Rusinek Aprendizaje musical significativo Sin embargo, para mejorar la forma en que enseñamos no es suficiente constatar que el aprendizaje ha tenido lugar, como se supone que hacemos regularmente en los centros escolares. Si entendemos que quien aprende es el aprendiz y que sólo él es quien decide realizar el esfuerzo necesario para aprender, tenemos que entender las motivaciones que le llevan a tomar tal decisión. La motivación difícilmente puede entenderse como una relación causa-efecto entre un modelo didáctico y los resultados de los exámenes, ya que la multiplicidad de hipótesis alternativas en cualquier situación social torna pueril esa reducción. Por el contrario, la motivación tiene que ver con los significados que se van construyendo en un aula, es decir, con la significatividad que tienen las experiencias musicales para los propios alumnos. En este artículo mostraré, en segundo lugar, algunos ejemplos de cómo registrar cualitativamente esos significados, y propondré una profundización en esa línea, tanto desde un modelo de investigación externo como desde el modelo del profesor-investigador. DEL APRENDIZAJE VERBAL SIGNIFICATIVO AL APRENDIZAJE MUSICAL SIGNIFICATIVO






 Algunas formas de enseñanza posibilitan mejores aprendizajes que otras, y esa constatación ha dado lugar a distintos enfoques a lo largo de la historia de la educación. La escuela “clásica”, por ejemplo, se basa en un aprendizaje verbal por recepción, en el que el alumno debe memorizar los contenidos presentados por el docente en su forma final. Como reacción, la escuela “activa” sostiene que los alumnos necesitan construir el conocimiento, mediante un aprendizaje por descubrimiento. La controversia entre ambos modelos sigue vigente décadas después de que AUSUBEL, NOVAK y HANESIAN (1978) llamaran la atención acerca de que no necesariamente la enseñanza por descubrimiento produce un aprendizaje –cuando la inducción es incompleta– y no necesariamente la ense- ñanza por recepción verbal es memorística –cuando se produce una deducción completa. Estos autores pusieron en evidencia la existencia de un eje adicional: el aprendizaje puede ser “significativo” o “por repetición”. Según su teoría, independientemente de que sea por recepción o por descubrimiento, el aprendizaje verbal resulta significativo cuando el aprendiz relaciona la nueva información con lo que ya sabe. Esto puede suceder cuando: • la nueva información es relevante; • se puede relacionar de manera no trivial; y • hay una decisión deliberada de establecer esa relación. Por el contrario, el aprendizaje es “memorístico” cuando los datos no se relacionan –o cuando se relacionan de manera trivial– con los conocimientos previos. Esto puede suceder porque esos conocimientos previos son insuficientes o porque el aprendiz adopta la actitud –o es inducido a hacerlo– de repetir la nueva información al pie de la letra, independientemente de la significatividad potencial de la tarea. Esa información se olvida fácilmente a menos que se realice un sobreaprendizaje por repetición, y esto sólo es recomendable cuando la arbitrariedad de la información nos deja ese único procedimiento: por ejemplo, para aprender un número de teléfono. La importancia de este eje adicional es que nos muestra que ni el aprendizaje por descubrimiento es forzosamente significativo, ni el aprendizaje por recepción forzosamente memorístico. En el campo de la pedagogía musical, por otro lado, aclara confusiones como las creadas por quienes malinterpretan el constructivismo y, por ejemplo, critican la enseñanza la lectoescritura antes de que el niño invente sistemas notacionales propios. AUSUBEL, NOVAK y HANESIAN (1978) afirman que en ninguna etapa del desarrollo los alumnos necesitan descubrir independientemente los principios para ser capaces de entenderlos y usarlos con sentido, y no parece sensato pretender que reinventen solos un sistema que a la civilización occidental le ha llevado un milenio de desarrollo. ¿Cómo se aprenden los conceptos musicales? Si se combinan los ejes recepción-descubrimiento y significativo-memorístico surgen distintas posibilidades. El aprendizaje memorístico puede resultar de un procedimiento: 2 Revista Electrónica Complutense de Investigación en Educación Musical, 1(5) • Repetitivo-por recepción: una vez asimilada la idea de la multiplicación y sus procedimientos, las tablas de multiplicar deben ser aprendidas “de memoria” para su rápida disponibilidad en operaciones más complicadas. De igual manera, para la lectoescritura musical es necesario aprender los valores relativos de las figuras rítmicas. Ese aprendizaje es memorístico –como ha sido tradicional en la enseñanza del solfeo– si sólo se aprenden relaciones entre símbolos notacionales: cuando se sabe que una negra equivale a dos corcheas antes de lograr discriminar auditivamente una regularidad rítmica de dos sonidos por pulso. Sin embargo, el aprendizaje puede tornarse significativo cuando esas etiquetas simbólicas ayudan a identificar la regularidad percibida. • Repetitivo-por descubrimiento guiado: se observa en la aplicación mecánica de fórmulas para resolver problemas de matemáticas o de física. En educación musical se observa en los procedimientos “activos” que persiguen como único fin didáctico “que los niños amen la música”. El aprendizaje puede resultar incompleto, en última instancia, porque al no relacionar la experiencia musical con sus esquemas conceptuales, los alumnos no construyen una base para ulteriores aprendizajes autónomos. • Repetitivo-por descubrimiento autónomo: en los procedimientos por ensayo y error no se produce necesariamente un aprendizaje, a pesar de que eventualmente lleguemos a solucionar el problema, como sucede con un rompecabezas. Esta limitación puede sucederle a quienes tocan exclusivamente “de oído” en una cultura musical alfabetizada: pese a estar desarrollando la memoria interválica y las destrezas instrumentales, el analfabetismo musical les impide relacionar sus logros con los desarrollos de su cultura musical como base para aprendizajes posteriores. Por su parte, el aprendizaje significativo presenta tres posibilidades: • Significativo-por recepción: las grandes cantidades de conceptos necesarios en la cultura occidental sólo pueden ser aprendidas por recepción verbal porque los niños, en su paso por la escuela, no pueden redescubrir en unos pocos años lo que a la ciencia le ha costado siglos. Sin embargo, esta posibilidad sólo funciona cuando los conceptos llegan a ser relacionados de manera no arbitraria. En la enseñanza de la música sucede cuando un profesor, aún presentando un concepto musical verbalmente, logra con sus estrategias didácticas que los alumnos lo verifiquen posteriormente en el análisis de interpretación escolar o de una audición. • Significativo-por descubrimiento guiado: es un aprendizaje que va de los hechos a los conceptos, con una guía presente o virtual. Se trata un procedimiento difícil de lograr en el aula por la gran cantidad de tiempo necesaria para que se produzca una inducción correcta. La inducción incompleta, por ejemplo, es frecuente en los laboratorios escolares cuando los alumnos siguen las instrucciones del experimento sin voluntad de entender las relaciones entre lo que hacen y los conceptos relacionados, y finalmente sólo recuerdan como anécdota algún fenómeno aislado que les llama la atención. Los procedimientos de composición cooperativa pueden llevar a una inducción completa, cuando los descubrimientos realizados por los alumnos de acuerdo a una consigna creativa son relacionados con los conceptos pertinentes. • Significativo-por descubrimiento autónomo: es el caso de la investigación científica y la creación artística, en que el sujeto tiene un plano mental que le permite descubrir autónomamente un principio científico o crear una composición musical con lenguajes o estructuras originales. 3 Gabriel Rusinek Aprendizaje musical significativo EVALUACIÓN DE LA SIGNIFICATIVIDAD DE LA ASIMILACIÓN DE CONCEPTOS MUSICALES La pregunta por la significatividad de la asimilación de conceptos musicales no implica considerar que el conocimiento declarativo sobre música sea más importante que el conocimiento procedimental. Para aclarar esta dualidad del conocimiento musical, pensemos si es más importante saber andar en bicicleta o poder describir verbalmente su mecanismo. Es de suponer que para la experiencia vital de cualquier persona el conocimiento procedimental de andar en bicicleta es más útil, aunque innegablemente entender su mecanismo pueda servir para volver a montar una cadena que se ha salido o para cambiar un neumático pinchado. Sin embargo, puede ser más importante entender el concepto de “raíz cuadrada” que el conocimiento procedimental para obtener sin ayuda de una calculadora electrónica la raíz cuadrada de un número cualquiera, porque aunque propedéuticamente sea un buen ejercicio mental dominar el algoritmo, sin duda la rapidez de esas máquinas aconsejaría acentuar el saber declarar cuándo debe aplicarse esa operación. El conocimiento procedimental y el declarativo no son necesariamente antagónicos sino complementarios, porque implican distintas formas de representación de la realidad. El antagonismo, en realidad, no surge de la codificación en sí sino de los planteamientos didácticos que enfatizan un tipo con exclusividad. Como he comentado antes, al modelo pedagógico “clásico” sólo le importa el conocimiento verbal acerca de hechos, conceptos, proposiciones y teorías. Así entró la música al sistema educativo español. Como respuesta, el modelo pedagógico activista prima el saber hacer, pero a menudo se desentiende de los contenidos. Sin embargo, ni un modelo ni otro desarrolla la inteligencia musical lo suficiente como para garantizar la autonomía del aprendiz. ¿De qué le sirve a un adolescente memorizar que Johann Sebastian Bach murió en 1750 si no es capaz de distinguir auditivamente el estilo de Bach del de Mozart? ¿De qué sirve enseñar el orden del ciclo de quintas –como siguen haciendo muchos profesores de lenguaje musical en los conservatorios– cuando los niños aún no pueden tocar una escala con una sola alteración? Por otro lado, ¿hasta dónde puede llegar un guitarrista que aprende de oído, por su desarrollo auditivo espontáneo, que no pueda ampliar su repertorio de acordes mediante el análisis de algún tipo de codificación, verbal o escrita? ¿Qué puede llegar a componer un grupo de rock adolescente que no distinga los diferentes elementos de la música como para debatir si desean modificar la extensión, el volumen, el timbre o la textura de su obra? La única forma de adquirir un conocimiento musical declarativo que no esté basado en la experiencia musical es mediante un aprendizaje memorístico. Este tipo de adquisición de conocimiento requiere un gran esfuerzo de sobreaprendizaje –que los alumnos denominan “empollar”–, ya que de otra manera se olvida rápidamente. No parece ser muy motivador: –Antes la odiaba –me cuenta una alumna de secundaria en una entrevista, sobre su experiencia musical en primaria. –¿Por qué? –Porque no la entendía. No la entendía para nada. Porque nos metieron eso de do y no sé qué, medio punto... –¿Los semitonos? –Sí, eso. Y no me enteraba de nada. No resulta difícil adivinar que su profesora –como muchos libros de texto– se empeñaba en que entendiera la organización interválica de la escala mayor cuando aún no podía distinguir auditivamente un tono de un semitono y ni siquiera había tenido la experiencia de tocar una escala cromática en un instrumento de láminas o en un teclado para comprobar, al menos visualmente, la ubicación de las alteraciones. Esta obcecación de algunos profesores, redactores de currículos y editoriales es común no sólo en la enseñanza obligatoria, sino también en la enseñanza tradicional de los conservatorios, y genera un rechazo no siempre fácil de revertir. ¿Cómo se puede evaluar que un grupo de alumnos ha asimilado significativamente ciertos conceptos musicales? En esta comentaré el diseño de una prueba –utilizada para mi tesis de doctorado (RUSINEK, 2003a)– que pretende verificar si la conexión entre los conceptos declarados y la realidad 4 Revista Electrónica Complutense de Investigación en Educación Musical, 1(5) musical denotada es no arbitraria, ya que a cada concepto subyace un proceso de cognición auditiva, que es indispensable para discriminar el fenómeno. La prueba sería clasificada por SHUTERDYSON y GABRIEL (1981) como “test de logro”: una prueba en la que se pretende medir el rendimiento de los sujetos después de un proceso de aprendizaje musical sistematizado. Desde la perspectiva de la “arquitectura del conocimiento” de ROMÁN y DÍEZ (1999), por su parte, podría ser considerada como una “evaluación de contenidos por capacidades”, es decir, una prueba en la que se requiere utilizar una habilidad cognitiva para la devolución de un contenido. En cualquier caso, los alumnos no pueden apelar a una asociación memorística por tratarse siempre de ejemplos desconocidos para ellos: deben procesarlos auditivamente para poder denotarlos. La prueba está compuesta por cincuenta ítems, agrupados según las habilidades de la cognición auditiva requeridas para la identificación. Los cinco últimos, excepcionalmente, requieren la aplicación del razonamiento pensamiento lógico a la notación musical. Los ítems están grabados secuencialmente en un disco compacto, junto con las instrucciones. Su administración dura 35 minutos. Los cuatro primeros se refieren a los parámetros del sonido, y exigen del alumno discriminar e identificar cuál de ellos cambia en una serie de cinco sonidos: 01 Cambia el timbre: se oyen cinco sonidos sintetizados de igual duración (tres segundos, con un hueco de un segundo entre ellos), intensidad y altura (do central), que imitan respectivamente sonidos de viola, flauta dulce, oboe, trompeta y órgano. 02 Cambia la intensidad: suenan cinco sonidos sintetizados con timbre de acordeón, de igual duración (aproximadamente un segundo, con un segundo de silencio entre ellos), igual altura (do central) pero intensidades forte – piano – forte – piano – forte, respectivamente. 03 Cambia la duración: suenan cinco sonidos sintetizados con timbre de flauta, de igual altura (do central) e intensidad, pero duraciones corto – largo – corto – largo – corto, respectivamente. 04 Cambia la altura: suenan cinco sonidos sintetizados con timbre de piano, de igual duración e intensidad pero distinta afinación. El quinto requiere identificar cómo cambia un determinado parámetro en un sonido prolongado: 05 Se presenta un sonido sintetizado con timbre de acordeón (altura: do central) en el que la intensidad crece, y se pide al alumno que exprese ese cambio con la terminología o con el símbolo dinámico usuales en música. Los diez ítems siguientes activan los procesos cognitivos de la audición rítmica: 06 Se presentan los treinta segundos iniciales del tercer movimiento del Concierto de Brandenburgo Nº 3 en Sol Mayor BWV 1048, de Johann Sebastian Bach. Se debe evaluar la velocidad de la pulsación de manera subjetiva, poniendo en juego el proceso de discriminación de tempo, y aplicar el término relativo usual. 07 Se presentan los treinta segundos iniciales del movimiento Largo del Concierto para laúd en Re Mayor, de Antonio Vivaldi. Se debe discriminar el tempo y aplicar el término usual 08 Se presentan los cuarenta y cinco segundos iniciales del Menuetto de la Sinfonía Nº 25, de Wolfgang Amadeus Mozart. Se debe indicar el compás en que se encuentra la pieza (compás de tres tiempos), poniendo en juego su sincronización sensorio-motora (la habilidad para mantener un pulso o representarlo mentalmente) y la discriminación métrica (mediante la que identifica una regularidad de acentuación o intención entre las pulsaciones oídas, como por ejemplo fuerte-débil-débil). 09 Se presentan los cuarenta y cinco segundos iniciales del primer movimiento (Allegro) del Concierto para dos mandolinas en Sol Mayor de Antonio Vivaldi, RV 532. Se debe identificar que se trata de un compás binario. 10 Se presentan los treinta segundos iniciales del Allegro inicial del Concierto para dos violines en Sol menor, de Antonio Vivaldi, RV 517. Se debe indicar si el comienzo de la obra es tético o anacrúsico. El movimiento tiene un comienzo fugado, en el que el mismo motivo es expuesto sucesivamente por violines primeros, violines segundos, violas (a la quinta) y bajo continuo (a la quinta), por lo que hay cuatro oportunidades de percibir su carácter anacrúsico). Este ítem pone en juego la memoria rítmica de corto plazo y la discriminación de ritmo en función de la discriminación métrica. Los ítems 11 a 15 activan el proceso cognitivo de identificación de células rítmicas, necesario para la lectoescritura rítmica. En general, el desarrollo de la discriminación de ritmo es mucho mayor que la habilidad de simbolizarlo, por lo que presupongo un nivel mínimo, necesario para poder participar en actividades musicales escolares: a) identificación de un sonido por pulso, dos sonidos por pulso, cuatro sonidos por pulso y sonido de dos pulsos de duración; y b) decodificación de negras, corcheas, semicorcheas y blancas. La tarea no consiste en un dictado rítmico, como los habi- 5 Gabriel Rusinek Aprendizaje musical significativo tuales en las clases de Lenguaje Musical de los conservatorios, sino en identificar cuál de los cuatro pulsos del ritmo escuchado no coincide con la notación presentada. Notación presentada Audición real 11 12 13 14 15 Los diez ítems siguientes activan la audición tímbrica, en particular los procesos de discriminación de fuentes sonoras aisladas y su denotación. Los cinco primeros son instrumentos orquestales de cuerda frotada y viento, que requieren haber escuchado en vivo o en grabaciones suficientes fragmentos solistas u orquestales en los que esos instrumentos aparecen y son identificados. Se oyen fragmentos de alrededor de quince segundos con instrumentos reales, que el alumno debe identificar: 16 Violoncello 17 Oboe 18 Trompa 19 Clarinete 20 Trombón Los restantes son instrumentos de percusión similares a los instrumentos del aula con los que los alumnos tienen familiaridad, por lo que lo que se requiere haber oído o tocado estos instrumentos con atención a sus nombres. 21 Vibráfono, similar al metalófono del aula 22 Caja 23 Glockenspiel, similar al carrillón del aula 24 Bombo 25 Xilófono Los siguientes cinco ítems activan procesos de la audición melódica y de la audición rítmica, y requieren una recuperación de lo que la teoría del análisis de la escena acústica de BREGMAN (1990) denomina “estructuras de conocimiento abstracto”. Se oyen determinadas estructuras grabadas con un sintetizador, de las que sólo se dice que pueden ser melódicas o rítmicas: 26 Escala diatónica 27 Ostinato rítmico 28 Ostinato melódico 29 Acorde 30 Intervalo melódico Los cinco siguientes no analizan los conocimientos de solfeo sino el entendimiento de sus analogías básicas de la lectoescritura en función de la memoria de contorno melódico: eje izquierdaderecha para representar el devenir temporal y eje abajo-arriba para representar la relación graveagudo. También requieren la discriminación de altura para identificar cuál de los cinco sonidos es 6 Revista Electrónica Complutense de Investigación en Educación Musical, 1(5) el que está mal simbolizado. Se trata de una habilidad que la perspectiva psicométrica denomina “discriminación auditivo-visual”: la habilidad para relacionar el contorno melódico percibido auditivamente con el que se imagina en base a la lectura de la notación: Notación presentada Audición real 31 32 33 34 35 En los ítems 31 y 32 el alumno ve una misma nota pero percibe un cambio en una de las cinco. En el ítem 33 ve una línea que debería ser ascendente, pero oye un último sonido más grave. En el ítem 34 ve un salto pero escucha siempre el mismo sonido. En el ítem 35 ve una línea melódica descendente, pero oye un último sonido más agudo. Los siguientes ítems activan la discriminación polifónica, es decir, la habilidad para procesar eventos melódicos simultáneos. El alumno debe identificarlos, entre una serie de opciones que se le presentan. Los ejemplos están grabados con un sintetizador: 36 Melodía acompañada por bordón 37 Melodía acompañada por acordes, utilizando sonidos sintetizados contrastantes (la melodía con timbre de oboe, los acordes con timbre de guitarra). 38 Esquema armónico de blues, de doce compases (I-I-I-I, IV-IV-I-I, V-IV-I-I) tocado con timbre de piano. 39 Canon, tocado con timbre de piano a distancia de octava. 40 Melodía acompañada por un ostinato, tocada con dos timbres sintetizados contrastantes de trompeta y de bajo eléctrico. Para los últimos cuatro ejemplos sonoros del disco se pide la identificación de estructuras formales mediante el uso de letras, lo que exige el uso de la memoria de contorno melódico –con la que se retienen las características sobresalientes de las secciones– y la discriminación polifónica. Para facilitar el reconocimiento de las secciones se utilizaron los mismos motivos melódicos de los ítems 36 a 40, texturas y orquestaciones contrastantes: 41 Estructura formal ABA, donde A tiene una obvia textura de melodía con bordón y B es un canon. 42 Se presenta una frase en ritmo de negras, con sonido sintetizado de guitarra, y luego dos frases que varían la primera en corcheas y semicorcheas, respectivamente, sobre el mismo acompañamiento en blancas: se requiere haber asimilado el concepto de “variación” en base a la experiencia auditiva o compositiva previa. 43 Estructura formal AABB, donde A utiliza la misma melodía del ítem 42, en compás binario, y B la misma del ítem 37, en compás ternario. 44 Rondó ABACA con secciones melódica, tímbrica y texturalmente contrastadas: A mantiene la melodía y el acompañamiento de bordón del ítem 36, B la melodía y el acompañamiento de ostinato del ítem 40, y C la melodía y el acompañamiento de acordes del ítem 37. 45 Se piden dos conceptos que no requieren el uso inmediato de la cognición auditiva, sino su aprendizaje por asimilación con respecto a otros: el conocimiento de la denominación “rondó” para una estructura de tipo ABACA, y el conocimiento de la denominación “estribillo” para la sección A recurrente. 7 Gabriel Rusinek Aprendizaje musical significativo Los últimos cinco ítems de la prueba no requieren la cognición auditiva sino el conocimiento exclusivamente conceptual del sistema notacional, en el nivel básico necesario para la ejecución grupal en el aula: 46 Requiere la utilización del razonamiento lógico (para el cálculo matemático de la duración de la pieza) y la comprensión de que la indicación metronómica propuesta significa una velocidad de un pulso por segundo, que los tres pentagramas de cada sistema son simultáneos, que la partitura consta de veinticuatro pulsos y que debido a las barras de repetición durará cuarenta y ocho segundos. 47 Requiere entender el código notacional, según el cual debe sonar simultáneamente todo lo que está superpuesto verticalmente. 48 Requiere entender las normas de escritura en compases de acentuación gradual, e identificar el error y el número de compás en que se encuentra. 49 Ídem. 50 Requiere un conocimiento conceptual básico de la ubicación en el pentagrama de las notas que suelen usarse en partituras escolares (pero sin la presión de la decodificación en tiempo real de la repentización). La prueba fue administrada en seis institutos de la Comunidad de Madrid, como evaluación inicial y final durante el curso lectivo 2001/02 para doscientos alumnos de tercer curso de enseñanza secundaria (14 a 16 años). No entraré en el análisis de sus resultados –que pueden leerse en mi tesis (RUSINEK, 2003a)– pero sí en los problemas de administración constatados en los centros educativos. Estos problemas son motivo suficiente para descartar la tentación de utilizar pruebas de este tipo en planteamientos que busquen encontrar una relación causa-efecto generalizable –entre una metodología y un resultado de aprendizaje, por ejemplo– por medio de la comparación entre grupos experimentales y grupos de control no aleatorios. Las fuentes de invalidación de los diseños cuasiexperimentales que enumeran CAMPBELL y STANLEY (1966) parecen afectar, más que a una administración en concreto, al propio diseño en los contextos escolares reales: • Invalidación por historia (hechos ocurridos entre la primera y la segunda medición, que suceden siempre, como conflictos internos en los grupos, conflictos entre alumnos y profesores, o incluso una actividad extraescolar). • Historia intrasesional (por ejemplo, que un grupo esté alterado por haber realizado un examen en la hora anterior, o que algunos alumnos intenten boicotear la evaluación). • Invalidación por maduración (los procesos internos de los participantes por el paso del tiempo, que aunque teóricamente se compensan entre grupos, en algunos significa un proceso inverso hacia la desmotivación total y la entrega de la prueba en blanco). • Invalidación por instrumentación (aunque se intenta homogeneizar la administración con una secuencia de ejemplos e instrucciones grabadas, y condiciones de audición similares, las situaciones cambian entre la primera y la segunda prueba, y de centro en centro). Un ejemplo de esta invalidación es la gran habilidad desarrollada los alumnos de los institutos para copiar las respuestas de sus compañeros en los exámenes sin que los profesores se den cuenta, y esta habilidad es difícil de controlar cuando no hay sitio suficiente en el aula para alejar las mesas. Esa tentación aumenta si se dice a los alumnos que su profesor será informado de los resultados de las pruebas, pero si se dice lo contrario es posible que presten menos atención y pongan menos empeño en su realización. • Invalidación por mortalidad de la muestra (muchos alumnos no realizan las pruebas, faltan a una de las dos evaluaciones o abandonan sus estudios). Ésta es, quizás, la razón más crítica por la que cualquier causalidad atribuida a los resultados de un planteamiento cuasi-experimental en las escuelas reales resulta falsa: aún si sólo intentáramos aplicar los resultados a una población constituida por la propia muestra de centros escolares, no sería posible obtener algún conocimiento válido por esta comparación cuando necesariamente tenemos que excluir a aquéllos cuya forma de aprendizaje más necesitamos entender. Por ejemplo, no podemos medir de esta manera la evolución de los conocimientos declarativos de los alumnos inmigrantes porque a veces ni siquiera entienden las instrucciones: 8 Revista Electrónica Complutense de Investigación en Educación Musical, 1(5) –No sé hacer nada. No entiendo nada de esto –dice Abdoulah al entregar en blanco su hoja, después de haber hablado, reído y hasta pateado a un compañero durante la realización de una evaluación inicial. LA SIGNIFICATIVIDAD DE LOS PROCEDIMIENTOS DE APRENDIZAJE Aunque la prueba propuesta nos permita evaluar la significatividad de la asimilación de conceptos musicales, queda intentar comprender lo más importante del proceso educativo. La advertencia de NOVAK (1998) en el sentido de que el aprendizaje significativo tiene lugar cuando el aprendiz decide vincular de manera no arbitraria los nuevos conocimientos parece obvia: uno debe esforzarse por encontrar relaciones entre las cosas. En consecuencia, parece imprescindible entender qué es lo que lleva a decidir hacerlo. El problema para entenderlo es que la decisión personal entra en el terreno de la voluntad, que no se rige por los esquemas de la causalidad física. Por el contrario, las decisiones se van elaborando, según sugiere BRUNER (1990), de manera narrativa: como significados construidos entre los propios participantes del proceso educativo. La comprensión de los significados construidos en el aula es distinta de la explicación, que busca leyes universales aplicables a todos los aprendices en todos los contextos de aprendizaje. La comprensión de los significados construidos por los alumnos resulta crucial para el educador porque el aprendizaje escolar sucede en un contexto social. La tradición pedagógica occidental desprecia el pensamiento de los aprendices, a quienes considera una tabula rasa, un continente vacío al que hay que llenar de contenidos. Esa postura parecía funcionar en la escuela tradicional por la sujeción de los alumnos a las normas de los adultos, pero fracasa decididamente en la escuela actual con la extensión de la enseñanza obligatoria hasta los dieciséis años y la consecuente inclusión de adolescentes que no desean continuar estudiando y cuyas familias probablemente no compartan la idea del estudio como forma de progreso social. Los niños y los adolescentes contemporáneos rechazan sentarse quietamente a escuchar discursos durante seis horas al día. Los alumnos de nuestras escuelas e institutos, abrumados por el exceso de información que reciben de los medios de comunicación masiva, se van convirtiendo poco a poco en filtradores intuitivos, y finalmente se niegan a procesar datos a los que no asignen un significado importante en sus vidas. Es por eso que la atribución de significado es fundamental para entender la motivación, ya que nos esforzamos por aquellas cosas que tienen un sentido para nosotros. Y es por eso que los profesores debemos entender los significados que los alumnos, individual y grupalmente, asignan a sus experiencias de aprendizaje en el aula. Desde esta perspectiva se entiende la advertencia de BRUNER (1990) de que no es suficiente explicar lo que los alumnos hacen: es necesario interpretar lo que creen que hacen, y sus razones para hacerlo. El conocimiento como comprensión (OLIVA, 2000) implica una indagación fenomenológica para interpretar los sentidos construidos por las conciencias individuales, pasando de una descripción superficial de lo observado a lo que GEERTZ (1973) denomina “descripción densa”. Esto exige adaptar las técnicas de la metodología cualitativa al aula de música (BRESLER y STAKE, 1992; BRESLER, 1994; RUSINEK, 2003b) para intentar comprender los significados asignados por los propios alumnos a sus experiencias musicales: notas de campo, observación participante, entrevistas abiertas, filmación en vídeo, grabación de ensayos y conciertos, y análisis de materiales escritos. Para ejemplificar este enfoque, transcribiré datos extraídos –sobre todo de entrevistas no estructuradas, de transcripciones de vídeos y de conversaciones casuales– de un trabajo que realicé como profesorinvestigador. En ese trabajo busco comprender los significados atribuidos por mis alumnos de tercer curso de educación secundaria a las experiencias musicales que les propongo: los conciertos escolares, como estrategia central de la programación de aula (RUSINEK, 2002), y los proyectos de composición grupal, como procedimiento de aprendizaje cooperativo. Lo primero que intento averiguar es si la experiencia musical que propongo a mis alumnos les resulta importante de alguna manera. Ellos saben que al menos dos veces al año cada clase debe subir a un escenario –el auditorio de un centro cultural– para presentar una obra musical al resto de sus compañeros del instituto. ¿Qué sentido puede llegar a tener la experiencia de un concierto para 9 Gabriel Rusinek Aprendizaje musical significativo alguien que no será músico profesional? Un alumno muy conflictivo, que cursa el programa de diversificación curricular y que en menos de un mes y medio ya había sido expulsado varias veces por faltar el respeto a sus profesores, por discriminación racista y por agredir a sus compañeros, me comenta a principio de curso: –Estoy esperando el concierto para mostrar a los profesores que los alumnos de diversificación pueden hacer cosas, que no lo arruinan todo. Este alumno había participado ya en los conciertos durante los cursos anteriores, y para él habí- an sido una oportunidad de mostrarse diferente. Una compañera suya, que está repitiendo el curso – y que un año más tarde abandonará definitivamente sus estudios–, también valora esa oportunidad: –Nos lo dijeron todos los profesores: que habíamos trabajado mucho. Porque éramos una clase que dá- bamos muchos problemas. La verdad es que se quedaron alucinados con el trabajo que hicimos. ¿Se traduce la importancia asignada a los conciertos en alguna conducta observable? Para muchos no es suficiente ensayar sólo durante las clases, y en el mes anterior a la fecha del concierto el aula de música está ocupada durante casi todos los recreos por alumnos practicando. Las semanas anteriores al concurso de composición grupal que organicé durante el curso 2001/02, en particular, los grupos pedían turno para ensayar y a veces había que buscar sitios adicionales para ubicar a veinte o treinta alumnos. Alguien recuerda: –Estuvimos muy metidos en ello. Nos dejaste un día el aula y todo porque no nos daba tiempo. Justamente antes del concierto estábamos todos en clase, Miguel intentaba tocar la canción y veía que no le salía, y se ponía nervioso. Todos estábamos con la flauta, no sólo mi grupo. Todos estábamos tocando, intentando que nos saliera bien. La motivación es tan alta que algunos vienen al instituto sólo para ensayar. Un mes antes del concierto de fin de curso, durante una huelga de alumnos –a la que muchos se pliegan sin saber siquiera el motivo–, me preguntan: –¿Qué vamos a hacer en la clase? Porque somos sólo cuatro. –Es que hay huelga. Pero van a venir a ensayar a la última hora –aclara Mohamed. Otro tema recurrente en las entrevistas, que denota la significación que los conciertos toman en este contexto, es la vergüenza de subir al escenario y enfrentarse al público. Un alumno compara así su primer concierto, dos años atrás, en relación con su experiencia musical en primaria: –Una vergüenza. Eso más que nada. Y que era muy difícil porque era la primera vez que lo hacíamos. Era como un choque, de no hacer nada –porque no sabíamos nada– a de repente decir “hala: ¡concierto!”. Y, sobre todo, vergüenza porque –claro– era la primera vez. Un compañero suyo, que además estudia en una escuela de música, coincide –La gente estaba con un poco más de miedo, como se empezaban a hacer ese año los conciertos... –Era la primera vez –confirmo. –Sí. La gente estaba nerviosa y “no sé qué”, “¿un concierto para el instituto?”, “¡qué vergüenza!”. Luego ya la gente se iba soltando más. No ser conocido por el público parece disminuir esa sensación: –En Valencia estábamos más sueltos. Yo creo que estábamos más sueltos porque no nos conocía nadie. Teníamos menos vergüenza –comenta refiriéndose al concierto que realizó en Valencia con un grupo del instituto, durante un intercambio escolar (ver MARTÍNEZ y RUSINEK, 2003). Y me explica: –Pues porque la gente te conoce y luego te pueden... Es como una experiencia de dos días, entonces se pasa, y luego como no te conocen... Si te equivocas, pues no sé, aquí te lo restriegan en la cara. Luego, si te vas, no les ves y ya no se acuerdan y esas cosas. Una alumna siente vergüenza cuando de lo que se trata es presentar una composición propia: –Mucha vergüenza. –¿Por qué vergüenza? –indago. –Porque como es una cosa que no la ha hecho alguien así..., que la hemos hecho nosotros, pues te da un poquito..., ¡a ver si no les va a gustar! Pero estuvo bien. 10 Revista Electrónica Complutense de Investigación en Educación Musical, 1(5) Además de la vergüenza, algunos alumnos tienen conciencia de que ciertas situaciones les provocan alteraciones del control motriz en la ejecución musical, en forma de sudor o temblor de manos: –Ensayamos mucho, y al final nos salió. Pero nos costó. –¿Y qué te pareció estar allí en el escenario? –pregunto. –Nervios. Un compañero suyo coincide, al recordar su primera experiencia de tocar la flauta en público, dos años antes: –Hombre, me sentí un poco nervioso porque era la primera vez que hacía un concierto. Era un cambio muy brusco del colegio al instituto, no sólo para mí sino para todos los que estaban con nosotros. Para otro alumno, en cambio, el nerviosismo se atempera con la experiencia. De su concierto en segundo de secundaria recuerda: –Pues más fácil, yo creo, porque como ya se habían dado más cosas, pues, a la hora de ensayar... Para empezar había menos nervios, porque en primero estábamos asustados. Decíamos: “¿qué van a decir los de cuarto cuando nos oigan tocar?”. Pero en segundo ya era más tranquilo, y como ya sabíamos más, nos resultó más fácil ensayar y todo... Un alumno del programa de diversificación curricular, generalmente muy preocupado por la presión externa, se siente respaldado por el grupo para afrontar la situación con éxito: –Quieras que no, es un trabajo en grupo. Y cuando estás en grupo notas que es más importante. No como cuando estás entre cuatro o cinco, que dices: “falla uno y no pasa nada”. Había tanta gente mirando que pensaba: “¡como la estropee aquí...!”. Una alumna que llega a tocar piezas bastante difíciles con la flauta dulce es consciente de la relación entre los nervios y los fallos de su memoria de ejecución: –Normalmente me lo sé, pero luego me equivoco. –¿Por qué te equivocas? –Primero era por los nervios. Pero este año no sé..., se me queda la mente por ahí. –¿Y cómo te sientes? –Si se ha notado mucho, ¡muy mal! Para una compañera suya, a pesar de sus estudios en una escuela de música, las equivocaciones también son un problema: –Un poco nerviosa. Porque si te equivocas, luego la gente empieza a decirte: “¡Te has equivocado!”. –¿En serio? –indago. –Ah, pero de broma. Pero no sé, un poco nerviosa. La presión del grupo se reitera en otras conversaciones: –Ah, muy bien. Me pongo muy nerviosa, pero... –¿Por qué? –No sé, que todo el mundo te mire..., te sientes un poco tensa, porque... imagínate que te equivocas... No sé. Las situaciones grupales en un aula de instituto pueden ayudar o entorpecer la enseñanza, y consecuentemente facilitar o dificultar el aprendizaje. La enseñanza en un instituto español a comienzos del siglo XXI resulta compleja debido a la gran diversidad en las aulas. Esa complejidad se acentúa cuando algunos alumnos –por ejemplo, muchos de los que han repetido el curso– deciden no sólo no aprender, sino además boicotear el aprendizaje de sus compañeros. Es necesario comprender lo que sucede desde la mirada de los adolescentes, pues el plano social tiene gran trascendencia en la decisión personal de aprender o no: –No porque me lleve mal con ellos. Pero como ellos ya saben del año pasado las cosas, no prestan atención a nada. Nos distraen a nosotros, distraen al profesor y el profesor está atento a ellos, y no a nosotros. Además no le hacen caso. Les vacilan como quieren a los profesores. Y eso no me parece bien. La idea de “vacilar” a los profesores aparece a menudo: –Se hizo allí la bomba. Uno te vacilaba, y luego el otro decía “yo no voy a ser menos”. Era como una 11 Gabriel Rusinek Aprendizaje musical significativo competición a ver quién vacila más –me explican cuando comentamos por qué antes del concierto en Valencia algunos ensayaban seriamente y otros no colaboraban. –¿A qué te refieres con “vacilar”? –Pues que si alguien decía “me niego a hacer esto y encima le contesto mal, y ahora quedo aquí como el más guay”. Y no, no quedaba como el más guay. A mí, yo lo que quería era quedar bien con la gente de allí. Si he oído tocar a los de bachillerato, los de la batucada, cuando los oí por primera vez pensé “jolín, éstos tocan muy bien”. Pues no, dije: “ya que estamos, vamos a esforzarnos lo más que se pueda y al menos dar una buena imagen de lo que podemos hacer”. El informante tiene muy claro su objetivo en ese proyecto y no es arrastrado por quienes intentan boicotearlo. Es crucial comprender cómo el grupo considera el enfrentamiento con los profesores, porque en algunos casos esas actitudes pueden llegar a arrastrar a todos y obstaculizar completamente el aprendizaje. Eso le sucedió durante el curso anterior al siguiente alumno, que compara así su situación en el momento de la entrevista: –Mucho mejor, porque hay más nivel de estudio, y no hay tantos..., estos..., cómo se llaman..., que interrumpen la clase... –¿Cómo los llamas? –indago. –No sé... –¿Cómo se llaman ellos mismos? –El año pasado estaban Pedro, Osama y todos. –¿Y qué te pasaba entonces? –Que estábamos todo el curso parando las clases, no dábamos casi clase. Este año no. –¿Y qué es lo que te parece mejor? –Esto. Se estudia más, es mejor. Él percibe la gran diferencia con su grupo actual, en el que hay una gran mayoría de alumnos que sí quieren estudiar, y donde quienes no quieren estudiar no consiguen convertirse en líderes. Sin embargo no tiene clara una categoría para esos compañeros, a quienes yo denomino “objetores escolares”. A otra alumna también le falta una categoría para esa situación de boicot del aprendizaje, pero se concentra en la actitud de los profesores: –Los profesores siempre estaban pidiendo silencio –recuerda de su curso anterior. La objeción escolar puede ser pasiva, cuando los alumnos no traen sus materiales a clase, se niegan a realizar las actividades indicadas o entregan los exámenes en blanco. Pero puede ser activa cuando, además, procuran interferir en los procedimientos de aprendizaje de sus compañeros con actitudes disruptivas como gritar, insultar, amenazar, robar efectos personales, agredir físicamente a otros, o dañar el material didáctico y el mobiliario. ¿Qué es lo que lleva a un adolescente a repudiar el aprendizaje, y a mantener esa actitud durante varios años? –Si pusiera un poco más de interés, yo creo que lo sacaba. –¿Te han quedado muchas? –Bastantes –me dice, refiriéndose a todas las asignaturas menos una. –¿Y qué dicen tus padres? –indago. –Es que están un poco hartos de que les lleve siempre las mismas notas. Tampoco les hago mucho caso, porque yo... ponerme delante de un libro... Yo creo que es cosa de mi familia, porque mis hermanos mayores son iguales. Es que no somos muy buenos estudiantes. Los modelos familiares parecen tener influencia en él, y también las experiencias de aprendizaje anteriores: –Es que en primaria tenía un profesora... un poco amarga, con muy mal genio, que siempre nos castigaba. Creo que por eso le cogí manía a la música. Pero sin embargo aquí me va bien. Si te sabes una obra y la tocas bien, queda bien, es muy bonito. Lo desafortunado es que esas experiencias previas son más fuertes que su momentánea motivación actual. Además, tiene una idea de lo que para él es importante y lo que no, y aunque en el currículum todas las asignaturas tienen la misma importancia teórica, durante un debate en el curso anterior había propuesto una especie de jerarquización. Durante la entrevista, me explica: –Pues que si a ti te gusta la música, que cojas Música como optativa. Pero si no, como a mí Matemáticas, que no me gusta, pues no. Creo que deberían poder ser optativas porque si no, estás haciendo asignatu- 12 Revista Electrónica Complutense de Investigación en Educación Musical, 1(5) ras que no te valen para nada como, por ejemplo, Educación Física o Dibujo. No sé. No digo que la mú- sica no..., ¿sabes? Tiene un lado bueno y un lado malo. Es interesante la contradicción de su postura porque la única que aprobará en ese curso –y con calificación sobresaliente– será Educación Física. A veces la dificultad de controlar la propia impulsividad lleva a la objeción. En la clase posterior a un pequeño examen sorpresa en el que casi ninguno aprobó, contesta verbalmente a todas las preguntas que hago, denotando que sí conocía el tema que había que estudiar. Le pregunto por qué entregó el examen en blanco: –Es que me dio rabia y decidí no escribir nada. Por último, también es importante entender cómo son consideradas nuestras estrategias de ense- ñanza por los adolescentes. Los alumnos hacen una constante evaluación de sus profesores, no sólo de sus procedimientos didácticos sino también de los más mínimos detalles de comunicación, verbal y no verbal: –Es la primera vez que te veo sentado en el escritorio –me comenta espontáneamente una alumna a quien enseño por cuarto año consecutivo, después de acabar el acostumbrado debate en la clase posterior a un concierto. –¿Y qué te parece? –No sé.... –Los demás profesores, ¿se sientan en el escritorio? –le pregunto. –Sí. –¿Y qué te ha parecido? –No sé. Siempre estás en el piano, o de pie, como más de risas. Así pareces más serio –sentencia, permitiéndome entrever una mínima parte de lo que probablemente yo esté comunicando a diario, sin ser consciente de ello. También evalúan los materiales utilizados, como cuando alguien compara el uso de un libro de texto en su anterior instituto con el disco compacto y las partituras entregadas a principio de curso: –Es que siempre hacíamos lo mismo: el libro y el cuadernillo. Este año ha estado mejor, tenemos un cd y hojas aparte. Me ha gustado mucho este año. No sólo quienes tienen bajo rendimiento académico prefieren los procedimientos prácticos frente al esfuerzo conceptual. Un alumno con calificaciones muy altas en todas las asignaturas –y que suele ser el único en sacar sobresaliente en los exámenes “sorpresa”– prefiere verse involucrado en una actividad que implique a su cognición musical, a una actividad mecánica. Evalúa así los dos primeros cursos de secundaria en otro instituto: –Leíamos... Pero también poco... Copiábamos algo de teoría, pero tampoco mucho –me cuenta de su experiencia anterior, que compara con su participación en los conciertos –Está bien, porque yo nunca lo había hecho. Nunca había tocado. Esto es más divertido, porque así no estás toda la clase copiando. Incluso los efectos de una investigación sobre la propia práctica docente son percibidos: –Ahora Música mola más. Antes tocábamos la flauta, y con el libro. Ahora mola más –comenta un objetor escolar durante el debate posterior a un concierto. Se trata de un adolescente con un refinado sentido rítmico, que ha sido mi alumno durante cuatro años. –Yo era el mismo –replico. –Eras el mismo, ya lo sé. Pero has cambiado –concluye. Y todos ríen. CONCLUSIONES: DOS PERSPECTIVAS COMPLEMENTARIAS DE LA SIGNIFICATIVIDAD En este artículo propongo dos visiones no excluyentes del aprendizaje musical significativo. En primer lugar, el conocimiento conceptual sobre música será significativo si está vinculado de manera no trivial con el evento que denota. Es decir, que la significatividad vendrá dada por una relación –deductiva o inductiva– entre el conocimiento declarado y la experiencia musical efectivamente vivida mediante la ejecución, el análisis auditivo o la creación. Podemos intentar cuantificar desde una perspectiva psicométrica la significatividad de la asimilación de conceptos musicales con pruebas –como la que aquí se presenta– en las que para cada concepto sea necesaria la utilización de un 13 Gabriel Rusinek Aprendizaje musical significativo proceso específico de la cognición auditiva. La información que obtengamos puede ayudarnos a evaluar nuestra propia enseñanza si la consideramos de manera vertical –es decir, plasmando los resultados en una simple hoja de cálculo y obteniendo frecuencias por ítem– en vez de la manera horizontal que es habitual con los exámenes de aula –obteniendo los totales por alumno para volcarlos en un boletín de calificaciones. Quizás, de esta manera, cada profesor pueda valorar la pertinencia de enseñar determinados contenidos en función de sus preferencias metodológicas, de los recursos de que disponga, de la limitada disponibilidad de tiempo y de la predisposición de sus alumnos. En cualquier caso, habrá que tener en cuenta que la información que se extraiga, aunque de tipo cuantitativo, no podrá ser generalizada fuera del grupo que participa efectivamente en ambas pruebas, ni utilizada para justificar planteamientos cuasi-experimentales, por la gran cantidad de hipótesis alternativas que se presentan en un contexto escolar real. La segunda visión de la significatividad tiene que ver con los significados atribuidos a las experiencias musicales vividas, como procedimientos de aprendizaje. Aún comprobada una cierta mejora en el conocimiento declarativo, queda la tarea más importante de saber qué motiva esa mejora. Si estamos de acuerdo en que para establecer una relación no trivial entre conocimiento y experiencia musical es necesario hacer un esfuerzo, tenemos que comprender cuáles son las motivaciones que llevan a nuestros alumnos a decidir hacerlo. La esfera de la voluntad es de difícil cuantificación, por lo que la solución es recurrir a las técnicas de la metodología cualitativa para adentrarnos en la red de significados tejida en el aula, que en general permanece invisible a nuestra mirada docente por la presión de transmitir contenidos y controlar la disciplina. En los ejemplos del estudio llevado a cabo, surge en primer lugar la importancia atribuida a ciertos procedimientos –los conciertos– y se observa la motivación en conductas como la práctica autónoma durante los recreos o la asistencia a ensayar en jornadas de huelga. En relación con esa atribución, los entrevistados mencionan reiteradamente la vergüenza, y la relacionan con la novedad de la experiencia y con la autoría de la obra interpretada sobre el escenario. También son conscientes de las alteraciones motrices producidas por los nervios en la memoria de ejecución, y de su posible relación con la presión social. Respecto del aprendizaje en el aula, se constata su condicionamiento por el plano social: la dinámica grupal y la presencia de líderes negativos y de objetores escolares. La objeción escolar puede ser pasiva o activa, y los entrevistados mencionan la influencia de modelos familiares, experiencias frustrantes de aprendizaje, escalas de valores distintas a las del sistema escolar y problemas de control de la impulsividad. Por último, la indagación cualitativa nos permite vislumbrar cómo los propios alumnos –cuya voz es tradicionalmente silenciada en la evaluación educativa– ven nuestra enseñanza y nuestros cambios como docentes. PROPUESTAS DE INVESTIGACIÓN La investigación ayuda a comprender los problemas de la educación musical, pero a la vez abre la puerta a nuevos interrogantes. Las soluciones a esos interrogantes difícilmente llegarán por esfuerzos individuales aislados. Las soluciones comenzarán a aparecer cuando nos decidamos a constituir equipos para aumentar la validez de los trabajos mediante la interpretación colaborativa (WASSER y BRESLER, 1996) y la reflexión intercultural que permite la cooperación internacional (BRESLER, 2002a). También, como sugirió BRESLER (2002b) en su alocución ante la Sociedad Internacional de Educación Musical, cuando nos atrevamos a salir de las trincheras de la enseñanza de la música para adentrarnos en “las delicias (y riesgos)” de la colaboración interdisciplinar. Para solucionar los nuevos interrogantes es urgente confeccionar una agenda de investigación, para la que apunto algunas propuestas. En primer lugar, necesitamos un amplio debate sobre la definición de “conocimiento musical” a fin de coordinar, desde la filosofía, las perspectivas innecesariamente contrapuestas de los músicos profesionales, los educadores musicales y los musicólogos, cuyas desavenencias epistemológicas han causado tantas confusiones curriculares. En segundo lugar, es necesario un programa de investigación sobre los límites del conocimiento procedimental – procesar auditivamente, interpretar, componer– en la educación obligatoria, junto a un desarrollo de 14 Revista Electrónica Complutense de Investigación en Educación Musical, 1(5) pruebas de evaluación del conocimiento musical declarativo que a su vez sirvan para guiar una redefinición del currículum escolar. En tercer lugar, es imperioso proporcionar una fundamentación epistemológica –en castellano– de la necesidad de la metodología cualitativa para tornar visibles las redes de significado tejidas en las aulas de música –que condicionan implacablemente nuestra ense- ñanza–, y de una fundamentación epistemológica del modelo de profesor de música como investigador. En cuarto lugar, es crucial proporcionar al profesorado formación metodológica, organización en redes y canales de difusión, para que pueda comenzar a generar investigaciones basadas en sus propias innovaciones educativas, permitiéndonos así ampliar nuestra comprensión de cómo se aprende música en las aulas reales. Referencias AUSUBEL, D. P.; NOVAK, J. D.; HANESIAN, H. (1978): Educational psychology: A cognitive view (2ª ed.). New York, Holt, Rinehart & Winston [trad. (1983): Psicología Educativa. Un punto de vista cognoscitivo. México, Trillas.] BREGMAN, A. S. (1990): Auditory scene analysis: The perceptual organization of sound. Cambridge (Mass.), MIT Press. BRESLER, L. (1994): “Guest editorial. Special Issue: Qualitative Methodologies in Music Education Research Conference”. Bulletin of the Council for Research in Music Education, 122, 8-14. BRESLER, L. (2002a): “The transformative zone in international qualitative research”. En BRESLER, L. y ARDICHVILI, A. (eds.): Research in international education: Experience, theory, & practice. New York, Peter Lang. BRESLER, L. (2002b): “Out of the trenches: The joys (and risks) of cross-disciplinary collaborations”. Discurso pronunciado en el XXV Congreso Mundial de ISME. En INTERNATIONAL SOCIETY FOR MUSIC EDUCATION: Samspel–ISME 2002. Focus areas report. Bergen (Noruega), ISME. BRESLER, L.; STAKE, R. E. (1992): “Qualitative research methodology in music education”. En COLWELL, R. (ed.): Handbook of research on music teaching and learning. New York, Schirmer Books. BRUNER, J. S. (1990): Acts of meaning. Cambridge (Massachussets), Harvard University Press [trad. (1991): Actos de significado. Más allá de la revolución cognitiva. Madrid, Alianza.] CAMPBELL, D. T.; STANLEY, J. C. (1966): Experimental and quasi-experimental designs for research. Chicago, Rand McNally. [trad. (1973): Diseños experimentales y cuasiexperimentales en la investigación social. Buenos Aires, Amorrortu.] DOWLING, W. J. (1993): “Procedural and declarative knowledge in music cognition and education”. En TIGHE, J.; DOWLING, W.J. (ed.): Psychology and music. The understanding of melody and rhythm. New Jersey, LEA. [trad. (1998): “Conocimiento procedimental y conocimiento declarativo en educación y cognición musical”. Orpheotron, 4, 23-40. Buenos Aires, Conservatorio Alberto Ginastera.] ELLIOTT, D. (1994): “Rethinking music: First steps to a new philosophy of music education”. International Journal of Music Education, 24, 9-20. GEERTZ, C. (1973): The interpretation of cultures. New York, Basic Books. [trad. (1988): La interpretación de las culturas. Barcelona, Gedisa.] MARTÍNEZ, J.; RUSINEK, G. (2003): “Un intercambio musical”. Eufonía. Didáctica de la Música, 28, 89-100. NOVAK, J.D. (1998): Learning, creating and using knowledge. Concept maps™ as facilitative tools in schools and corporations. USA, Lawrence Erlbaum Associates. [trad. (1998): Conocimiento y aprendizaje. Madrid, Alianza] 15 Gabriel Rusinek Aprendizaje musical significativo OLIVA, J. (2000): La escuela que viene. Granada, Comares. ROMÁN, M.; DÍEZ, E. (1999): Aprendizaje y currículum. Didáctica socio-cognitiva aplicada. Madrid, Eos. RUSINEK, G. (2002): “Concierto de alumnos en el instituto”. Eufonía. Didáctica de la Música, 25, 116-121. RUSINEK, G. (2003a): Concierto escolar y aprendizaje musical significativo en educación secundaria. Tesis inédita. Universidad Complutense de Madrid. RUSINEK, G. (2003b): “Un modelo cualitativo de investigación del aprendizaje musical en el aula”. En RODRÍGUEZ BLANCO, Á.: II Jornadas de Investigación en Educación Musical. Granada, Grupo Editorial Universitario. SHUTER-DYSON, R.; GABRIEL, C. (1981): The psychology of musical ability (2nd ed.). London, Methuen. STUBLEY, E. V. (1992): “Philosophical foundations”. En COLWELL, R. (ed.): Ha

No hay comentarios:

Publicar un comentario